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Stiven Cartagena

5 de marzo de 2019

Teléfonos que se doblan, ¿una tecnología necesaria?

Criticados por la poca innovación en los últimos años, los fabricantes de smartphones se vieron obligados a presentar sus primeros dispositivos con pantallas que se doblan, pero expertos afirman que la tecnología es todavía rudimentaria y costosa para la mayoría de los usuarios.

Varios teléfonos plegables fueron presentados en el pasado Mobile World Congress que tuvo lugar en Barcelona, aunque la llegada de estos dispositivos todavía no ha sido efectiva. Y es que siendo claros, Samsung, compañía que presentó el Galaxy Fold, no lanzará el teléfono en todos los mercados. Por ahora solo contemplan hacerlo en Estados Unidos el próximo 26 de abril a un precio de 1.980 dólares.

Por ahora no se sabe si llegará a latinoamérica, pero la compañía surcoreana dejó muy claro que no distribuirá unidades del Galaxy Fold en las tiendas, como habitualmente sucede con el resto de teléfonos.

Estaríamos ante una familia de teléfonos inteligentes categorizados como exclusivos. Para Kate Beaumont, directora de productos, servicios y estrategia comercial de Samsung, los teléfonos plegables corresponden a una línea muy premium, y con el Galaxy Fold buscan que los clientes tengan un servicio y experiencia muy personal.

Huawei también se sumó a la tendencia de los teléfonos plegables presentando el Mate X, su nuevo buque insignia, cargado con tecnología 5G. Este dispositivo costará 2.200 dólares y saldrá a la venta a mediados de este año. La principal diferencia respecto al modelo de Samsung, es que el Mate X cuenta con una única pantalla, que se dobla y, al desplegarse, amplía su tamaño.

Cabe resaltar que otras marcas como TCL, que tiene en su dominio a firmas como BlackBerry y Alcatel, presentó en el MWC su nueva línea de pantallas flexibles y su nueva tecnología patentada DragonHinge.

El costo, su principal obstáculo

Para José García, editor de Xataka Móvil, las pantallas plegables son una tecnología que debía presentarse ya, sobre todo viendo cómo se encontraba estancado el mercado. Sin embargo, es algo precipitado que se hayan lanzado modelos comerciales.

Y es que tal y como apunta el experto, «son varios los motivos, pero el principal es que el software no se encuentra adaptado. Ahora mismo, adquirir un teléfono plegable es sinónimo de tener una pantalla más grande. Cuando el software se actualice y sea capaz de aprovechar las bondades de esta tecnología, la cosa cambiará mucho», afirmó García.

«El público al que están dirigidos estos teléfonos, ahora mismo, es a las personas con un poder adquisitivo alto. Pagar más de 2.000 euros por un móvil así no es un lujo que cualquier usuario pueda darse. Cuando la tecnología sea menos costosa, se mejoren los procesos de producción y los móviles plegables tengan ‘precios populares’, el comprador medio será aquella persona que no veía un motivo para cambiar de teléfono. Ahora ya lo tiene. El factor de forma vuelva a ser relevante», concluyó.

De esta manera, debemos resaltar la estrategia adoptada por TCL. La firma, que lleva Alcatel y BlackBerry, y que piensa integrar su nueva tecnología de pantallas DragonHinge a futuros teléfonos, creando una carcasa mecánica que permite a estas pantallas plegarse y doblarse a como dé lugar. Obviamente saldría mucho más beneficioso para los usuarios, pues sería un concepto revolucionario y amenizará los precios.

Es obvio que los teléfonos plegables llegarán a ocupar un espacio significativo en el sector. Sin embargo, su precio es al fin y al cabo, lo que más importa a los usuarios. Mientras esta tecnología siga incrementando su valor, los usuarios tendrán un acceso limitado a la misma.

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