El fracaso del avión que presumía poder manejarse solo
El mundo permanece después del fatal accidente del Boeing 737 max
ocurrido en Etiopía la última semana y que dejó casi 160 personas fallecidas.
Y es que más de 350 de estos aviones ya se encuentran en operación, mientras más de 5000 se esperan en construcción. El nuevo 737 parecía representar la nueva generación aviones gracias a su moderna automatización.
Sin embargo, el último accidente en Etiopía, sumado al ocurrido en Indonesia a finales del año pasado dejando 189 víctimas mortales, han encendido las alarmas de los entes reguladores de todo el mundo y, sobretodo, de los usuarios quienes tienen cada vez más temor de volar en este modelos.
Varios países del mundo como Canadá, China, Colombia y Brasil ya han prohibido a sus aerolíneas operar estos equipos mientras no se esclarezcan las causas de estos accidentes.
Algunos presumen un fallo generalizado en el diseño del modelo 737 MAX, sin embargo, la mayoría de expertos han coincidido en que el rasgo común entre estos accidentes es la alta automatización del modelo. En Indonesia, por ejemplo, la investigación de la caja negra parece concluir que una combinación de errores en el sistema de automatización y el desconocimiento de los pilotos sobre el nuevo sistema (que apenas tenía un año) son las causas del accidente.
En este caso concreto, los pilotos hacían un gran esfuerzo halando el volante del avión para mantenerlo estabilizado mientras caían en picada, pero un sensor defectuoso cancelaba su acción haciendo que cayeran al mar aún más rápido.
Es claro que la automatización ha permitido grandes avances en el mundo del transporte aéreo, sin embargo, a muchos les parece que estamos llegando a puntos innecesarios. De hecho, un estudio de 2011 compartido por The New York Times, informó que de los últimos 60 accidentes aéreos, al menos 46 tendrían relación con los sistemas de automatización.
La principal preocupación, tal como lo señala la entrevista de The New York Times al ex piloto de Delta Airlines Kevin Hiatt, es que los pilotos se están convirtiendo en meros operadores de sistemas. Hay una extrema confianza en los sistemas electrónicos, tanto que los nuevos pilotos pasan más tiempo estudiando que en el aire.
El asunto, según Hiatt, es que los pilotos no saben cómo resolver los problemas cuando falla el sistema de automatización, que es precisamente quien se encarga de resolver los problemas del avión normalmente, o se demoran mucho en hacerlo.
Esto lleva al debate la pregunta ¿hemos llegado muy lejos con la automatización? probablemente sí. Los grandes perdedores, después de la coyuntura, serán Airbus y Boeing, quienes seguramente verán miles de millones de dólares en pérdidas en cancelaciones y cambios en los modelos para ajustarse a las regulaciones que surjan después de la crisis.
Relacionados