Un emperador renuncia al trono japones por primera vez en 200 años
Akihito, quien fuera el emperador de Japón desde 1989 hasta hoy, abdicó en una ceremonia simbólica de sólo 12 minutos en Tokio, donde agradeció al dios sol y al pueblo japonés por su apoyo en sus 30 años en el Trono de Crisantemo.
El hombre de 85 y primer emperador después de la segunda guerra mundial, había solicitado en 2017 el permiso de abdicación debido a prolongados quebrantos de salud que, además de su edad, le complicaría el ejercicio efectivo de sus tareas.
«Desde mi ascensión al trono hace 30 años, he llevado a cabo mis tareas como emperador con un profundo sentido de confianza y respeto por la gente, y me considero el más afortunado por haber tenido la oportunidad de hacerlo. Doy gracias sinceras a las personas que me aceptaron y me apoyaron en mi rol como símbolo del Estado.» Dijo el antiguo emperador en su último discurso.
La noticia de la abdicación había sido confirmada en junio de ese año, cuando el parlamento pasó una ley por unanimidad que le permitía al emperador abdicar y también ponía en consideración pasar el linaje real por parte de la mujer de la familia imperial.
El trono heredado Akihito por parte del controversial rey Hirohito, quien dirigió a la nación del sol naciente en la segunda guerra mundial y era considerado casi dios, será ahora ocupado por su hijo menor Naruhito, de 59 años. El nuevo emperador es considerado como un ‘modernizador’ debido a su formación occidental y su visión cosmopolita.
Es preciso mencionar que desde 1945 el emperador no tiene poder político real, pero su simbolismo como representante máximo de la nación japonesa le da un rol preponderante en el país.
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