China contraataca y devalúa su moneda ¿Se aproxima una nueva recesión?
El Banco Central de China ha decidido devaluar el Renminbi por encima de la barrera psicológica de los 7 yuanes por dólar como represalia al anuncio de Donald Trump de continuar imponiendo aranceles a la importación de productos chino, escalando la guerra comercial a un nuevo nivel.
La medida significa la mayor devaluación en 11 años y que tiene el objetivo de hacer más baratos los productos chinos en el mercado internacional, buscando equilibrar la pérdida de demanda ocasionada por las sanciones norteamericanas.
Los efectos en la economía mundial no se hicieron esperar. Los mercados financieros de todo el mundo amanecieron a la baja y los inversores temen a una nueva recesión. El índice Dow Jones sufrió su peor caída del año y su sexta mayor caída en un solo día en la historia, mientras el NASDAQ tuvo su peor desempeño desde la llegada de trump, cayendo 3.5%
Inmediatamente el presidente Donald Trump acusó a China de ser un ‘manipulador de moneda’, una etiqueta que supone medidas que afectan el libre comercio y la confianza internacional, aunque probablemente no tengan ningún tipo de consecuencias legales.
Pero es el mismo Trump quien ha continuado el escalamiento de la guerra comercial, en gran parte porque le da réditos políticos con una parte de su electorado de cara a las elecciones de 2.020. Pero la realidad es que el escalamiento de la guerra comercial no beneficia a ninguna de las partes y, de hecho, podría acelerar la llegada de una nueva recesión.
Incluso el banco de inversión Morgan Stanley afirmó que, en caso de continuar el escalamiento de las tensiones comerciales, el mercado financiero de Estados Unidos podría caer un 10% en dos meses, terminando así con un periodo de bonanza iniciado en 2.009, el más largo en la historia del país.
Pero los principales perdedores en el corto plazo han sido las economías emergentes, quienes siguen acumulando números negativos en términos de devaluación de su moneda y desinversión,
Esta movida significa que los países en desarrollos tendrán mayores dificultades para competir con China, pero sobretodo incrementa el temor de los inversores frente a una nueva crisis, lo cual los hace preferir mantener sus capitales en casa antes que salir a invertir en el mundo en desarrollo.
Para muchos países esto es especialmente grave, considerando su dependencia a la inversión extranjera, la deuda y a la importación de productos básicos. En general, las economías en desarrollo se han visto muy afectadas tanto por la guerra comercial (que ocasiona desconfianza en los inversores) como por el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos (que ocasiona una huída de capitales desde las economías emergentes).
Argentina y Colombia han sido los mayores perdedores de este año con una devaluación del 40% y del 16% respectivamente.
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