Científicos de Oxford crean una nueva prueba de coronavirus que da los resultados en 30 minutos
La ciencia y la tecnología son los grandes aliados con que cuenta hoy el mundo en la lucha contra el coronavirus COVID-19. Las clases a distancia y el trabajo remoto (para quienes pueden hacerlo) a través de herramientas tecnológicas, y avances científicos que ayuden a enfrentar esta nueva pandemia que sufre la humanidad son de gran valor en esta crisis que tiene en alerta al mundo entero.
Esta vez el avance llega directamente de un grupo de científicos de la Universidad de Oxford, quienes han desarrollado una nueva prueba de COVID-19 que promete resultados tres veces más rápidos que los métodos más avanzados actuales, a los que solo pueden acceder países de primer mundo para detectar casos en 1.5 – 2 horas.
Otra de las mejoras que trae este avance es que requiere instrumentación técnica relativamente simple, y como si esto fuera poco, los científicos a cargo del desarrollo de la prueba aseguran que este nuevo método también ayudaría a detectar casos positivos del coronavirus en las primeras etapas de la infección. Todo esto con la ventaja de ser más accesible para instituciones de la salud.
Uno de los directores del proyecto, el profesor Wei Huang, dijo: «La belleza de esta nueva prueba radica en el diseño de la detección viral que puede reconocer específicamente los fragmentos de ARN y ARN del SARS-CoV-2 (COVID-19). La prueba tiene controles incorporados para evitar falsos positivos o negativos y los resultados han sido muy precisos».
De acuerdo con TechCrunch, este nuevo desarrollo parece hacer mucho más sencillo el proceso de las pruebas. Actualmente los científicos tienen que aislar el ARN de COVID-19 y luego realizar un proceso para que ese ARN se convierta en ADN, luego se realizan pruebas ADN en un laboratorio de microbiología por personal capacitado y herramientas avanzadas. Mientras que la prueba desarrollada en Oxford requiere de un equipo relativamente simple tanto para realizar la prueba como para interpretar los resultados, lo que desbloquea la posibilidad de desplegarlo en áreas de difícil acceso o en instalaciones locales que carecen de equipo y personal especializado.
Cabe resaltar que se trata de una tecnología temprana aún en laboratorio, aunque los primeros tests son esperanzadores, todavía falta avanzar para que se apruebe su uso a nivel masivo. Eso sí, no tendrá tantos filtros como los medicamentos y vacunas para tratar la enfermedad.
El próximo paso es que este nuevo sistema de pruebas logre tener un diseño más flexible que permita llevarlo a clínicas, aeropuertos o incluso para uso doméstico.
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