Manifestantes en Hong Kong usan lasers para evitar el reconocimiento facial de las autoridades

La tensión en la ciudad autónoma asiática está más alta que nunca. Después de 2 meses de protestas en contra de la intromisión de China en sus asuntos internos, cientos de personas han sido arrestadas y el 70% de la ciudad continúa protestando.

Los ciudadanos de Hong Kong están furiosos y saben que, aunque son una de los países más ricos del mundo, nada vale más que su libertad, una libertad que China quiere controlar paulatinamente. Lo que empezó como una protesta en contra de una ley de extradición, terminó convirtiéndose en el primer paro general en 50 años.

Pero la respuesta de la policía no ha sido pacífica: más de 2.000 rondas de gases lacrimógenos y 400 balas de goma, así como el uso de última tecnología para la identificación facial de quienes protesten, usen la violencia o no. Se sospecha que la información de los manifestantes estaría siendo compartida con el gobierno chino para sanciones futuras.

Ante esta realidad, los hongkoneses han decidido contraatacar usando también una tecnología simple pero eficiente: los lasers.

Los lasers no solo confunden a las autoridades pues los dejan ‘ciegos’ por algunos instantes, sino que también imposibilitan a las cámaras de vigilancia detectar el rostro de quienes están en las calles.

Esto es especialmente eficiente en la noche, pues es en ese momento cuando las protestas se tornan violentas y la policía decide usar los gases lacrimógenos, que sumado a los lasers crean un ambiente de mayor confusión para las autoridades.

La táctica es usada especialmente por la primera línea de manifestantes, quienes son más proclives a la identificación y casi siempre ocultan sus caras mediante sombrillas y máscaras de gas.

¿Podrán los millones de manifestantes vencer al gobierno chino? Solo el tiempo lo dirá. Lo que es claro es que los hongkoneses se valdrán de todas las herramientas tecnológicas posibles para mantener su libertad.