Israel Hernández

Israel Hernández

17 de noviembre de 2025

Robo de identidad: el nuevo gran riesgo digital en México y la región latinoamericana

En México, cada peso que se esfuma por fraude se convierte en una bola de nieve: las empresas terminan pagando 4,08 veces más, de acuerdo con el estudio “El verdadero costo del fraude en América Latina”.Una muestra de ello es el robo de identidad que dejó de ser un delito aislado. 

Hoy el robo de identidad se consolida como una amenaza constante para usuarios, empresas y gobiernos. Con herramientas tecnológicas al alcance de cualquiera, este delito crece cada día más, señala Íñigo Casillo, General Manager de Incode para Latinoamérica.

“Las herramientas para suplantar identidades están al alcance de todos, incluso con softwares de bajo costo”, señala en entrevista con Social Geek.

Los avances tecnológicos han permitido mejorar los procesos de verificación, pero también han abierto nuevas puertas para el fraude. Casillo explica que el crimen organizado aprovecha la tecnología para robar recursos y suplantar identidades de forma más sofisticada.

El uso de deepfakes impulsan el robo de identidad 

Uno de los fenómenos más preocupantes es el uso de deepfakes y la creación de identidades sintéticas. Estas herramientas pueden engañar sistemas de reconocimiento facial y plataformas bancarias, generando pérdidas millonarias y vulnerando la confianza digital.

El directivo de Incode destaca que el reto no solo es verificar la identidad de las personas, sino también la de los agentes digitales. “A la velocidad a la que avanza la tecnología, la verificación de identidad de agentes será un tema crítico en pocos meses”, apunta.

La verificación de agentes —sistemas o programas que actúan a nombre de personas— plantea un nuevo desafío. Vincular de forma segura a un agente con un humano real se vuelve esencial para evitar fraudes y filtraciones.

A pesar de los riesgos, Casillo reconoce que los agentes digitales traen grandes beneficios. Permiten eficientar procesos, automatizar tareas y mejorar la experiencia del usuario. Sin embargo, sin una verificación adecuada, pueden convertirse en el punto débil del ecosistema digital.

Para el directivo de Incode, la clave está en la adopción responsable de la tecnología. Las empresas deben incorporar procesos de autenticación avanzados y crear conciencia en los usuarios sobre los peligros del robo de identidad. “Las compañías y los gobiernos deben trabajar juntos para educar a toda la sociedad”, afirma Castillo.

Compañías financieras apuestan por procesos de seguridad 

El auge de los pagos digitales impulsa la experiencia del usuario, pero también dispara el fraude: hoy representan el 51% de las pérdidas en América Latina. Los ciberdelincuentes aprovechan el anonimato de las transacciones digitales para ejecutar ataques rápidos y difíciles de rastrear, revela el estudio “El verdadero costo del fraude en América Latina”

Empresas como Incode colaboran con instituciones financieras para validar identidades, prevenir fraudes y generar confianza en las transacciones digitales. Casillo explica que cada paso dentro de una aplicación, desde abrir una cuenta hasta solicitar una tarjeta, implica un riesgo. 

“Si aseguramos que las personas sean quienes dicen ser, fortalecemos la confianza y fomentamos la inclusión financiera”, comenta el directivo de Incode.

En el futuro inmediato, el robo de identidad se enfocará en técnicas más sofisticadas. Los deepfakes y las identidades sintéticas crecerán exponencialmente, impulsadas por la accesibilidad a herramientas digitales de manipulación.

Frente a este escenario, la cooperación entre empresas, reguladores y usuarios será vital. México, asegura Casillo, avanza hacia una cultura digital más madura, donde la seguridad y la confianza sean pilares fundamentales del crecimiento tecnológico.“El robo de identidad no desaparecerá, pero podemos contenerlo con educación, innovación y colaboración”, concluye.

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