Vapear: ¿la evolución de fumar o una verdadera esperanza contra el tabaco?
La tecnología llegó una vez más para transformar una actividad (esta vez no tan sana) que durante décadas ha sido común en la humanidad: fumar. Aunque algunos expertos en la salud ven los cigarrillos electrónicos o vapeadores como una herramienta crucial en la lucha contra el tabaco, también hay una resistencia y preocupación acerca de su uso entre la juventud.
Hasta ahora sabemos que los cigarrillos electrónicos contienen una forma líquida de nicotina que se calienta en forma de vapor para ser inhalada, reduciendo el daño que causa fumar tabaco, pero los detractores dicen que comparte daños e incluso puede ser peor. Para conocer más del debatido, llegamos a un evento dedicado al vape.
Por cuarto año consecutivo se llevó a cabo la convención de vapeo más importante en Latinoamérica en la ciudad de Medellín: Vape South America Expo Medellín 2020. La cita se cumplió el pasado fin de semana, con actividades durante dos días en los que además de conocer de cerca todas las opciones y tecnología disponible en el mercado de los cigarrillos electrónico y vaporizadores, pudimos conocer la opinión de algunos expertos acerca del vapeo.
La convención contó con la presencia de miles de asistentes e invitados provenientes de Estados Unidos, Reino Unido, China, Malasia, Alemania, España, Colombia y otros países de Sudamérica, quienes compartieron avances tecnológicos, información científica actualizada y negocios en torno a la industria.
El vapeo busca reducir el consumo del tabaco y aumentar la expectativa de vida de fumadores, dicen promotores
La principal conclusión tras visitar la feria es que, sin duda alguna, al vapeo aún le queda un largo camino por recorrer. En entrevista con el español Julio Ruades, reconocido globalmente como “el mono vapeador”, nos contó que la situación actual de esta industria en países como Colombia y España es bastante preocupante. “Lo que está llegando a los medios y lo que está llegando al gobierno no es la realidad. Y resulta muy difícil cambiar eso, porque no se nos escucha, no se nos da el espacio que creo que merece la ciencia, que merece algo tan grande como esto (…) Desde las asociaciones intentamos hacer llegar a la gente la realidad, los estudios y toda esa veracidad que nos da la ciencia”. Ruades además resalta la labor de países como Inglaterra, Alemania, Francia, Australia y nueva Zelanda. Donde, contrario a otras regiones del mundo, han decidido adoptar los vaporizadores como estrategia de reducción de daño ocasionado por el tabaco.
La industria también enfrenta problemáticas como una mayor regulación a nivel global, socialización, combatir la desinformación entre consumidores y sobretodo, poder llevar su mensaje a las masas: “Que el mundo entero sepa que los cigarrillos electrónicos o vapeadores no son de uso recreativo sino la mejor alternativa creada hasta ahora para que las personas fumadoras reduzcan el daño y aumenten sus esperanzas de vida”, de acuerdo con Francisco Ordoñez, presidente de la Asociación Colombiana de Vapeadores, ASOVAPE.
Fue precisamente en ASOVAPE donde recibí una cantidad de información relacionada con el tema del vapeo, teniendo la oportunidad de conocer a profundidad este polémico tema, así como información con ejemplos y estudios en torno a esta práctica.
Pocas personas saben que vapear conlleva a una gran responsabilidad, es solo para mayores de edad, y requiere de una serie de pasos que se deben cumplir en su totalidad para garantizar una experiencia segura. Entre esas recomendaciones se encuentra en primer lugar la de ser una persona consumidora de tabaco (fumadora) que quiera reducir su dependencia o dejar de fumar; comprar productos y accesorios únicamente en tiendas especializadas y de confianza, no realizar mezclar ni consumir otro tipo de sustancias en los vaporizadores, así como mantener las baterías en perfecto estado y utilizar únicamente cargadores certificados.
De acuerdo con Ordoñez y el mensaje transmitido desde ASOVAPE, no se puede comparar el daño generado en el cuerpo humano por la práctica de fumar con las consecuencias del vapeo conocidas hasta ahora, ya que, según algunos datos mencionados en la conversación, vapear no es “una nueva forma de fumar”. Encender un cigarrillo produce una combustión que no tiene lugar en los vaporizadores personales, y es allí donde se presenta el verdadero daño a las personas; daños que se reducen en un 95% con los dispositivos actuales, según la información brindada a este medio. “Fumar es una combustión directa a unas 4.000 – 7.000 sustancias tóxicas, de las cuales más de 70 son carcinogénicas. Mientras que con los vaporizadores, lo que tú introduces en tu cuerpo es vapor de una sustancia que se compone de otras cuatro: propilenglicol, glicerol, aromas alimentarios y nicotina en el grado demandado por el usuario, que puede ser cero, además, cuando una persona acude al vapeo, lo que busca es dejar de fumar, es decir, ya dio un paso a ese proceso. Por supuesto que no es lo mismo vapear que fumar”.
En el marco del Vape South América Expo Medellín 2020, además fue creada la primera Asociación para la Reducción de Daños por el Tabaquismo en Iberoamérica, ARDT, cuyos objetivos van desde Impulsar la creación de asociaciones u organizaciones sin ánimo de lucro en países donde todavía no existan, defender el principio de la reducción de daños por tabaquismo, promocionar el uso de productos de riesgo reducido para el suministro de nicotina, como vaporizadores, cigarrillos electrónicos y otros productos certificados y avalados científicamente, promover medidas para evitar que los menores de edad consuman nicotina, entre otros.
El mensaje es claro: vapear no es una moda o algo cool, es quizá la mejor alternativa para que los fumadores dejen el cigarrillo y aumenten significativamente su esperanza de vida, al mismo tiempo que gozan de mejoras en su cuerpo como: recuperación del olfato y el gusto, mejorar el aliento, reducir las manchas en los dientes, mejorar el aspecto de la piel, entre otros daños ocasionados por el tabaco. Aunque por supuesto es un tema de salud pública que debe ser resuelto con el apoyo y respaldo de lo que la ciencia realmente demuestre.
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