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Illimani Patiño

23 agosto, 2019

CEOs de corporaciones norteamericanas: el propósito no es solo generar ganancias, también bienestar social

Desde la llegada del capitalismo con la revolución industrial del siglo XVII, donde las empresas privadas se convirtieron en el centro de la actividad económica de la sociedad, la pregunta sobre la razón de ser de las iniciativas privadas ha estado en el centro de las discusiones político-económicas.

Esto fue especialmente relevante después de la guerra mundial, donde las empresas de los países capitalistas del primer mundo tuvieron una perspectiva donde se combinaba la búsqueda de ganancias con el bienestar social de trabajadores y consumidores, tal como lo exigía el llamado ‘Estado de bienestar’ socialdemócrata.

Esto cambió en los años 70s y 80s, cuando la llegada de las ideas neoliberales al poder político influyó también la cultura empresarial, especialmente en Estados Unidos. Según esta perspectiva, la única labor de las empresas es maximizar los beneficios de sus accionistas, posición que fue apoyada por los gobiernos norteamericanos desde entonces, quienes poco a poco desmontaron las regulaciones impuestas a las empresas en las décadas anteriores.

Esta perspectiva para estar cambiando de nuevo

El lunes la organización ‘Mesa Redonda de los Negocios’ que reúne a más de 200 CEOs de las principales compañías de Estados Unidos publicaron un comunicado llamado ‘Manifiesto sobre el Propósito de las Corporaciones’ donde aseguran que el papel estas debe ser el de «beneficiar a todas las partes interesadas: clientes, empleados, proveedores, la comunidad y los accionistas» y no sólo a los accionistas como lo proponía Milton Friedman.

Esto es relevante porque podría transformar la cultura empresarial del país, en un contexto donde las crisis económicas son cada vez más persistentes y profundas, afectando cada vez más al sector más pobre de la población y creando una mayor desigualdad. De la misma manera, la emergencia climática hace necesario que las empresas no solo piensen en su beneficio económico (que en muchas oportunidades implicaba afectar al medio ambiente) sino también en el futuro de la humanidad como colectivo.

Pero también es importante resaltar que esta perspectiva se contrapone a la del presidente Donald Trump, quien ha decidido rebajar los impuestos de las grandes corporaciones que financiaban programas sociales, además de retirar a su país de las regulación promulgadas por el Acuerdo de París en materia de emisiones de gases, permitiendo a sus empresas seguir destruyendo el planeta por un beneficio económico a corto plazo.

Y aunque este es un primer paso para el cambio en la cultura empresarial y el corpus de valores emprendedor, es difícil saber si la mayoría de empresas realizarán acciones concretas que pongan en acción este pensamiento. Pagos justos a sus empleados, condiciones laborales dignas, responsabilidad ambiental, parar la evasión fiscal, derecho a sindicalización, entre otras, son factores claves que evaluarán la coherencia de estos postulados.

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