Volkswagen se juega su futuro con los autos eléctricos
Por muchos años, el desarrollo y la democratización del mercado de los carros eléctricos se había visto truncado por el poder económico por las grandes firmas de automóviles tradicionales y petroleras, quienes ven en esta innovación una amenaza para sus industrias.
Sin embargo, la concientización de las nuevas generaciones sobre los peligros del cambio climático han tenido grandes resultados, como el surgimiento de Tesla y su crecimiento como la mayor productora de carros eléctricos del mundo, la cual podría tener una importante participación en el mercado de automóviles en las próximas décadas.
Ahora, la gigante automotriz Volkswagen, una de las empresas alemanas más importante del mundo, anunció en una conferencia de prensa realizada en Wolfsburgo que hará un cambio en su modelo de producción, con el objetivo de convertirse en uno de los manufacturadores líderes en carros eléctricos.
Específicamente, la compañía espera construir 22 millones de automóviles eléctricos para 2028, con más de 70 modelos propios. El objetivo a largo plazo es convertirse en un emisor de 0 CO2 para 2050, una meta extremadamente ambiciosa para una transición de apenas 20 años.
Volkswagen ya había dado señas de empezar una transición a los carros eléctricos mediante el anuncio de grandes inversiones en el desarrollo de baterías eléctricas, con el objetivo de convertirse en uno de los líderes de este mercado en crecimiento.
El conglomerado Volkswagen (que incluye Audi, Porsche y Skoda) vendió 10.8 millones de autos en 2018, solo 40.000 fueron modelos eléctricos y 60.000 fueron híbridos.
Se espera que para 2020 la compañía empiece a vender los primeros modelos eléctricos propios al público, con un costo cercano a los USD $30.000.
Volkswagen tiene un gran impacto en la toma de decisiones del mundo automotriz. Sin embargo, es claro que la transición de motores de combustión a eléctricos tiene un alto costo para las empresas y muy pocas podrán adaptarse satisfactoriamente al nuevo mercado que apenas representa del 2% de las ventas globales de automóviles.
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