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Illimani Patiño

30 de septiembre de 2019

Crisis en WeWork: su fundador y CEO da un paso al costado

WeWork es la principal startup de alquiler de espacios compartidos (Coworking) en el mundo.

El polémico CEO de WeWork, Adam Neumman, anunció recientemente que renunciaría a su cargo después de fuertes presiones de su máximo inversor SoftBank, quien lo acusa de mala administración y derroche de recursos.

Esta es solo una entre las muchas circunstancias que explican la estrepitosa caída de WeWork, pasando de ser el próximo gran ‘unicornio’ en entrar al mercado financiero ha convertirse en un verdadero avión en caída y con pocas previsiones de recuperación.

De hecho, la mayoría de inversores y la junta directiva de la compañía deseaba la salida de Neumman hace ya algunos meses, pero al ser el fundador de la compañía y poseer parte de esta, era necesario que él mismo renunciara.

Este joven emprendedor israelí era conocido por su gran carisma y creatividad, pero también por sus constantes fiestas, la mezcla de alcohol y trabajo, e incluso había alquilado algunas de sus propiedades a la compañía para ganar más dinero, algo considerado como ‘cínico’ por parte de los inversores.

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Grandes pérdidas

A pesar de poseer un gran reconocimiento internacional, WeWork tenía un capital de apenas 2 mil millones de dólares, hasta que la inversora Softbank decidió invertir 9 mil millones para impulsarla a principios de este año.

Su plan de crecimiento consistía en una estrepitosa expansión que implicaba la pérdida de grandes sumas de dinero al corto plazo, el mismo modelo que han seguido Uber y Rappi con el objetivo de posicionarse en el mercado. En el primer semestre del año, WeWork dilapidó 1.600 millones de dólares.

La compañía había anunciado que haría su primera oferta pública en el mercado de valores a mediados de este año con una valoración inicial de 46 billones de dólares, causando emoción entre los inversores gracias a su gran reputación y altas perspectivas de crecimiento.

Sin embargo, constantes críticas al modelo de negocio y rumores de manipulación de estadísticas para inflar su valor hicieron que la compañía cayera rápidamente de precio, llegando hasta una cotización de 12 mil millones de dólares actualmente, 30 menos de su valor de hace apenas 3 meses.

Pero lo más preocupante es el rumbo que están tomando las startups para ganar inversión, ya que se ha normalizado entregar billones de dólares a pequeños emprendedores para que hagan crecer su negocio incluso si genera pérdidas a corto e, incluso, a mediano plazo, basándose netamente en la popularidad y no realmente en las perspectivas reales de crecimiento con base en el valor agregado que puedan brindar al mercado.

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