Game of Thrones 8×01: el mejor inicio del final

La espera terminó. Después de dos largos años haciendo espacio para la llegada de este momento, pudimos ver el primer capítulo de la temporada final de Game of Thrones, que fue transmitido de manera simultánea en todo el mundo a través de los canales de HBO.

La gran guerra está aquí, el muro cayó y el ejército del rey nocturno marcha hacía Westeros con un objetivo definido. El invierno más frío llegó a Game of Thrones y por desgracia ese invierno no llega solo, sino que viene rodeado de muertes. Existe un gran salto entre la primera temporada de la serie con los que vimos ayer en la pantalla. Lo que empezó como un capítulo piloto que tuvo que grabarse varias veces porque nadie creía en el proyecto, ahora se ha convertido en la mayor producción televisiva de todos los tiempos.

Winterfell (nombre del capítulo) tiene una duración aproximada de una hora, está escrito por David Benioff y DB Weiss siendo dirigido por David Nutter.

Atención, aquí comienza el recuento del primer episodio de la octava temporada de Game of Thrones que podría contener spoilers

Después de ver cómo los cambios invaden cada temporada, esta vez llegó el momento de hacer énfasis en una novedad que no podemos dejar pasar por alto, la intro. El mítico himno que aparece alzando el vuelo con una de las entradas más épicas y que más expectativa puede suponer para los fans. Mientras pasan los nombres de los actores que hacen parte de la serie no podemos dejar de pensar en teorías: ¿morirá este personaje?, ¿por qué parece esta bandera?

Miradas, reencuentros, dragones y fuego serían las palabras que podrían describir los 54 minutos que duró este episodio. Todos esos momentos dan vida a situaciones que en su gran mayoría se llevan a cabo en Invernalia, por eso el nombre del capítulo. Parece que nos encontramos ante una incertidumbre dónde se augura que la tormenta llegará con el invierno.

La llegada de Jon Snow y Daenerys Targaryen con un ejército conformado con Inmaculados, Dothrakis y dos dragones no sienta bien entre ninguno de los norteños, quienes parecen rehusarse al llamado de la reina, a quién Jon Snow juró lealtad. Esta llegada y la anterior rendición de Snow a la única Targaryen no sientan bien entre la familia Stark. La hermana de John, Sansa, no aprueba de ninguna manera la llegada de Daenerys, a pesar de ofrecer Invernalia y todo lo que ello conlleva. Esta nueva enemistad se podría convertir en una de las tramas más importantes de esta nueva temporada. Los Stark finalmente se reencuentran, y aunque los sentimientos de afecto que unos sienten por otros es lo que más destaca, la frialdad y desconfianza parece estar presente en todo momento.

Ahora todos los grandes personajes se encuentran juntos en un mismo espacio físico, esperando la llegada de la amenaza más importante, los caminantes blancos. De los reencuentros que pocos pensaban llegaron a darse resaltan el de Arya y Gendry, Tyrion y Sansa, o Arya y Jon.

Dos años para dar fin a una megaproducción

La duración es bastante reducida para todo lo que quieren contar, algo que en opinión de muchos acabará pasando factura pues tal suspicacia no se puede explicar en un espacio con tan corto tiempo. Sin lugar a dudas el aspecto cinematográfico que querían lograr se nota; la producción mejoró en gran tamaño.

A pesar de que Game of Thrones es una serie que destaca -entre muchas otras cosas- por sus extensos diálogos, este episodio no entraría en la lista de los mejores por este aspecto pero no lo necesita. Las imágenes hablan por sí solas, en todo momento se encuentra la profundidad, agudeza y acumulación narrativa que luego se expresa de una mejor manera.

El humor comienza a cobrar un papel importante en la serie. Esto puede tener una simple explicación, y es que ante la tensión que se muestra en estos capítulos, el humor ayuda a romper el hielo para lograr volver a capturar nuestra atención.

En resumidas cuentas, desde el primer minuto hasta el último se desarrolla la misma estructura que hemos visto en anteriores temporadas; todos los personajes parecen haber movido sus fichas. Y esto es precisamente lo que preocupa a mucha gente pues la pregunta sobre «¿quién se sentará en el trono de hierro?» pasa a un segundo plano. Ahora lo verdaderamente importante es saber quién muere, quién no y qué pasará con los caminantes blancos.