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Illimani Patiño

12 de julio de 2019

¿Cómo es la vida de un joven latino en China?

En los últimos meses hemos visto como el escalamiento de las tensiones comerciales entre el gigante asiático y el gobierno de Donald Trump ha desencadenado un crecimiento en el sentimiento anti-chino en gran parte del mundo, especialmente en América Latina.

Los medios de comunicación occidentales generalmente se refieren a la sociedad china como ‘atrasada’ o ‘subdesarrollada’, así como sobrecontrolada por parte del gobierno de Pekín. También se tiene la concepción de grandes diferencias culturales que nos hacen pensar en una sociedad con valores radicalmente distintos a los occidentales, por ejemplo, se cree que comer carne de perro es una práctica común en el país oriental.

¿Son estas concepciones acertadas con la realidad? ¿Cómo es vivir en China para un latino? ¿Son estas diferencias culturales un condicionante para una vida plena y feliz?

Una arubana en Pekín

Julienne, una joven estudiante nacida en Aruba, decidió empacar sus maletas para un año sabático poco común, al menos para el estándar latinoamericano: decidió salir de la comodidad de la ‘Isla Feliz’ para descubrir la vida citadina en uno de los lugares más densamente poblado del mundo.

Entendiendo la importancia del Mandarín en el futuro del mundo, Julienne decidió irse a estudiar a una escuela de idiomas en la capital china. Sin embargo, allí entendió que aprender una nueva lengua sería sólo uno de sus aprendizajes, porque las diferencias culturales hacían de la vida allí ‘otro mundo’.

Por un lado, la vida en China es extremadamente interconectada. La aplicación WeChat te permite suplir las funciones que cumplen Whatsapp, Rappi, Uber, Facebook e incluso Tinder. Como se tiene poco tiempo libre, los chinos prefieren hacer tareas como mercar o pagar sus cuentas por medio de la aplicación.

Así mismo, el transporte público es extremadamente eficiente, llegando a todos los puntos de la ciudad y del país mediante el metro y los trenes de alta velocidad.

El tema más complejo: las relaciones interpersonales

Según Julienne, la mayor diferencia con el mundo occidental tiene que ver con la forma en que se relacionan los individuos y la sociedad.

«Los chinos nunca se abrazan o besan entre amigos o familia» nos dijo Julienne, explicandonos que las expresiones de amor están reservadas únicamente para la pareja, e incluso en ese caso son pocas las oportunidades donde se hace en público.

El proceso para invitar a salir a alguien es radicalmente distinto también. «Generalmente, cuando te gusta una chica o chico invitas a tus amigos y sus amigos a una cita conjunta, donde pocas veces hay un contacto interpersonal entre la potencial pareja».

La realidad es que, a comparación de los latinos, los chinos son muy ‘tímidos’ y distantes, por lo que cultivar cualquier tipo de relación interpersonal es un proceso mucho más largo que en América Latina.

A esto se le suma el hecho de la importancia que le dan los individuos a lo que piense la sociedad sobre ellos. Julienne encontró que una de las frases más comunes entre sus amigos era ‘qué dirá mi familia si se entera’, porque la cuestión del honor sigue siendo fundamental para los chinos.

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Por último, es casi imposible encontrar una conversación sobre problemas sociales o política entre los chinos. «Viven en una sociedad hiper controlada», donde el gobierno tiene la capacidad de castigarte por cualquier tipo de infracción u ofensa que realices.

«Hubo un caso donde un compañero mexicano estaba realizando gestos obscenos en el instituto mientras se divertía con otros amigos. Al otro día, se lo llevaron en medio de una clase y lo deportaron a su país de origen».

A pesar de todo esto, para Julienne, China es un país que ofrece muchas oportunidades a los jóvenes latinos. Con la economía que más ha crecido en los últimos años y una creciente relación con América Latina, se espera que se abran miles de oportunidades laborales para los jóvenes que quieran contribuir a la profundización de las relaciones económicas entre el gigante asiático y nuestros países.

Además, con una sociedad que cada vez recibe más migrantes, es fácil encontrar muchas de las comodidades que tenemos en nuestros países.

¿Te irías a vivir a China?

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