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Jeniffer Espinosa

22 de mayo de 2019

La UNESCO pide que asistentes virtuales no tengan voz de mujer para eliminar estereotipos de género

El controversial comunicado compartido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha demostrado que incluso en temas de tecnología toma partido, si de derechos se trata.

El debate se ha generado luego de análisis que llega a la conclusión de que Siri, Alexa, Cortana, y demás sistemas de este tipo tienen voces femeninas, el problema es que los asistentes virtuales son diseñados para seguir órdenes, sin libertad ni opción de decisión, su labor se resume a la mera esclavitud.

I’d blush if I could: closing gender divides in digital skills through education es el nombre del documento que ha publicado la UNESCO en la que hacen esta solicitud.

Según la publicación, que tengan una voz femenina refuerza de manera negativa los roles de género inequitativos incentivando al sometimiento de la mujer.

La UNESCO señala cinco problemas puntuales:

  • Refleja, refuerza y ​​propaga los sesgos de género.
  • Modela la aceptación del acoso sexual y el abuso verbal entre los usuarios móviles.
  • Envía mensajes sobre cómo las mujeres y las niñas deben responder a las solicitudes y expresarse.
  • Hace que indirectamente las mujeres sean el «rostro» de los fallos y errores del propio asistente. Que en su mayoría fueron diseñados por hombres.
  • Obliga a una voz y personalidad sintética «femenina» a seguir las órdenes.

El ensayo también plantea posibles soluciones, por ejemplo el hecho de que los asistentes también tengan voz masculina o en su defecto una voz neutral y robótica. Así mismo se propone que se programen respuestas que no sean insultantes.

Un ejemplo agresivo es la insinuante respuesta programada por Apple de la asistente virtual cuando los usuarios dicen «Hey Siri, you are a Bitch!»: I’d blush if I could.

Acerca de este tema otra organizaciones se han pronunciado con anterioridad, un ejemplo clave es la campaña “Voces en igualdad”, gestada por la agencia Tangoº, la Confederación Nacional de Mujeres en Igualdad y la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (AHIGE), la cual busca crear consciencia acerca de que los agentes virtuales han sido diseñados para servirnos, cumplir nuestros deseos y contestar nuestras preguntas docilmente con una respuesta agradable.

En contexto, los impulsores de la iniciativa, sostienen que «a veces, los estereotipos de género están tan cerca que cuesta oírlos» 

En entrevista con ABC los creadores de esta campaña, Jesús Flete Díaz y Alejandro Jarne explican «Pensar que un estereotipo de género tan evidente se nos había pasado por alto nos pareció una verdadera revelación», «Estamos hablando de estereotipos de género, que son una forma de machismo» «No es solo que se llamen Siri, Alexa o Cortana, es que la voz por defecto de estos asistentes es decididamente femenina. Y esto no hace sino perpetuar y alimentar el estereotipo de que es la mujer la que tiene que responder a lo que sea que necesitemos».

El investigador Clifford Nass, profesor de la Universidad Stanford, en su estudio denominado «Are Computers Gender-Neutral?» (¿Tienen los ordenadores un género neutro?) llega a la conclusión de que la mayoría de personas prefieren las voces femeninas como ayudantes, que impulsan a que se resuelvan los problemas de manera autónoma, mientras que las voces masculinas imponen una solución.

Los impulsores de la campaña, denuncian que el motivo de que se prefieran voces femeninas en este tipo de dispositivos «es resultado de diversos estudios que dicen que los usuarios de todos los géneros prefieren interactuar con mujeres, ya que la voz femenina es percibida como más servicial, en lugar de con voces masculinas, asociadas a la autoridad».

«Los hombres mandan, las mujeres obedecen». En este contexto, denuncian los encargados del proyecto, que esto «perpetúa un estereotipo de género y dificulta el cambio social» Fomentan la definición donde las mujeres son serviciales y los hombres autoritarios» Lo que impide que podamos luchar de manera natural en contra de la desigualdad que necesitamos erradicar.

Algunos de los casos más polémicos al respecto han sido Samsung con Bixby, el asistente dotado tanto de voz masculina y femenina. Sin embargo su publicidad no fue muy acertada al señalar la voz de ella como «animada, clara y alegre», mientras que la de él era «asertiva, confiada y clara», En The Verge se resumió el comentario como sexista, tanto así, que debido a las críticas que recibió el fabricante decidió eliminar los adjetivos.

Por otro lado La firma japonesa Gatebox diseñó la competencia de Amazon Echo creando un personaje femenino, Azuma Hikari, una asistente personal, quien vive dentro de una caja, debe atender a sus dueños, usando ropa sexy. ¡Juzguen ustedes!

Para muchas personas abordar este tema podría no tener sentido, sin embargo organizaciones importantes han coincidido en que pequeñas acciones pueden transformar la cultura y los imaginarios colectivos que suelen ser sexistas.

En este caso en la industria tecnológica las mujeres ocupan un pequeño porcentaje en los puestos de trabajo; entre 2000 y 2012 la cifra de mujeres graduadas en informática en Estados Unidos cayó un 64%, siendo así es necesario preguntarse cuál es la visión del rol de la mujer en este escenario, que afecta sus oportunidades educativas y laborales, cierra sus puertas, mientras que las utiliza para dar voz a un asistente que está allí para satisfacer los deseos de un usuario.

Así que este tipo de exigencias hacen un llamado de atención a abandonar los comportamientos marcados por los estereotipos de género, sobretodo en una época en la que sociedad luchas contra el lenguaje y cualquier mínimo comportamiento que refleje desigualdad.

Esto se traduce a que si la propia industria cosifica a la mujer, la posibilidad que existe de que la vean como una líder será cada vez menor, debido al sesgo de sexo que se encuentran inmersos incluso en la tecnología.

Es por esto que ahora la UNESCO se suma a este llamado, pues lo ideal es que los usuarios tengan la posibilidad de elegir las voces que prefieren escuchar en sus dispositivos sin limitante alguno, más allá de géneros, ya que no existe impedimento tecnológico para llegar a ello.

Sin duda alguna es significativo que la mayoría de los asistentes virtuales tengan por defecto una voz femenina y que el usuario prefiera escuchar una voz de mujer recibiendo órdenes que la de un hombre. Una premisa que exige que nos cuestionemos acerca de los estereotipos de género.

«Siri, quiero cenar sushi», «Alexa, hazme la compra», «Aura, ponme el fútbol», «Cortana, envía un email», siempre les responde una voz femenina unida a un nombre e identidad de mujer que obedece.

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