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Illimani Patiño

26 marzo, 2019

Uber se expande en Medio Oriente mientras sus conductores protestan en Los Ángeles

La mayor plataforma de servicios de transporte privado en el mundo atraviesa un interesante momento de su historia. Cada vez se expande a un mayor número de mercados y ha alcanzado un valor comercial de casi $80 billones de dólares. Sin embargo, cada vez hay una tendencia más generalizada a criticar las malas condiciones de trabajo que tienen sus ‘conductores colaboradores’, a quienes la empresa ni siquiera reconoce como trabajadores propios.

Hoy, la compañía confirmó los rumores que suponían la compra de su principal rival en Medio Oriente, la plataforma Careem, basada en Dubai, por un valor cercano a los USD 3.1 billones. La mitad de este dinero se entregará en efectivo, mientras el resto se hará en bonos convertibles

Careem tiene más de 1 millón de conductores en 90 ciudades de Asia y África, así como 30 millones de usuarios activos, una cifra nada despreciable para las aspiraciones de expansión de la junta directiva de Uber.

Sin embargo, al otro lado del mundo, miles de conductores de Uber se organizaron en California para desarrollar un día de protesta por la disminución de los costos en las tarifas de la plataforma, el cual disminuye sus ganancias, que ya son muy bajas considerando los altos costos de vida de la región de Los Ángeles y sus ciudades adyacentes.

Según el modelo de economía colaborativa de Uber, este no es el empleador de los conductores, sino que simplemente funciona como una plataforma de conexión entre conductores independientes y los clientes. El problema es que, tal como denuncian los líderes de las asociaciones que protestan actualmente en Los Ángeles, cobran una comisión muy alta (a veces de casi el 40%) y no prestan ningún tipo de seguridad social.

En este caso, Uber decidió reducir sus tarifas de 0,80 a 0,60 centavos por milla recorrida, una reducción del 25%. Esto afecta especialmente a los conductores quienes tienen que trabajar muchas más horas para llegar a fin de mes y tener una calidad de vida digna.

El objetivo de los manifestantes, es obligar a Uber a pagar un salario mínimo a los conductores de 28 dólares la hora, algo que ya se logró por primera vez en la ciudad de Nueva York.

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