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Illimani Patiño

29 agosto, 2019

Activista adolescente cruza el atlántico en barco para disminuir su huella de carbono

Los recursos del mundo se están acabando mientras que los que aún quedan se consumen de manera insostenible, una realidad apocalíptica pero que podría mejorar gracias al comprometido y firme activismo de las nuevas generaciones, quienes cada vez son más conscientes de la importancia de luchar por el futuro de nuestro mundo.

La líder de este movimiento juvenil para salvar al planeta ha sido Greta Thunberg, una adolescente sueca que empezó una protesta solitaria al frente del parlamento de su país todos los viernes para pedirle a los legisladores locales acciones más firmes para contrarrestar el cambio climático. Su movimiento ha logrado organizar a miles de estudiantes de todo el mundo bajo el lema “Fridays for Future”.

Ahora, la activista ha sido noticia por su decisión de viajar desde Plymouth, Inglaterra, hasta Nueva York, Estados Unidos, mediante un barco de vela para acompañar las protestas contra la Cumbre del Cambio Climático organizada por la ONU el próximo mes.

Después de 15 días en el mar, donde experimentó un fuerte oleaje, la sueca llegó a la ‘gran manzana’ el pasado miércoles a las 4 pm. El viaje se justificaba en una protesta simbólica pues el barco no produjo ninguna emisión de CO2, con el objetivo de incrementar la conciencia sobre las grandes cantidades de gases de efecto invernadero que producen los aviones en los viajes trasatlánticos.

Inmediatamente la activista brindó algunas declaraciones a los medios, en donde afirmó: «Todos siempre le dicen a Donald trump – ‘escucha a la ciencia’ y obviamente él no hace nada. Si nadie ha tenido la capacidad de convencerlo de la emergencia climática y su urgencia ¿cómo sería yo capaz de hacerlo?

Trump y el sector conservador de los países del primer mundo son los principales contradictores de los activistas pro medio ambiente, pues estos no reconocen el impacto del ser humano en la degradación de los recursos naturales y, por lo tanto, niegan la idea de regular a las empresas responsables de la contaminación.

El yate Malizia II, donde viajó Thunberg no tenía cocina, calentador, nevera o baño, y generaba electricidad por medio de paneles solares y turbinas de viento. Greta comparó las condiciones del viaje con las de ‘acampar en un bosque’.


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