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Stiven Cartagena

15 de septiembre de 2019

Científicos están utilizando drones para estudiar los problemas de la selva amazónica

Científicos de la Universidad de Harvard están usando drones para entender mejor la selva amazónica. Con drones repletos de sensores, los investigadores esperan determinar la «huella dactilar» única de los diferentes ecosistemas de la selva tropical. Eso podría ayudarles a monitorear la salud del bosque y a comprender cómo está respondiendo al cambio climático, la deforestación y los incendios.

Cada planta emite una sustancia diferente de compuesto orgánico volátil (COV), o huella dactilar, que puede cambiar en función de factores como la sequía o las inundaciones. Al monitorear estas señales, los científicos pueden estudiar cómo se adaptan los ecosistemas forestales a los factores estresantes. A pesar de esa valiosa información, los COVs del Amazonas fueron previamente monitoreados a través de unas torres ubicadas en diferentes partes del ecosistema. Los datos eran limitados y sesgados, y los modelos de emisiones de la biosfera asumían que los ecosistemas cercanos tenían las mismas emisiones de COV.

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Desde 2017, investigadores de Harvard, la Universidad Estatal de Amazonas (UEA) y la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de Amazonas (FAPEAM) han estado trabajando en un sistema basado en drones para mapear los COVs emitidos en diferentes ecosistemas de la Amazonía central.

Su investigación, publicada en Proceedings of the National Academy of Science (Actas de la Academia Nacional de Ciencias), demuestra que diferentes ecosistemas tienen diferentes firmas de COV. Además, el equipo planea muestrear más ecosistemas en los valles a lo largo de los ríos. Usarán un barco como plataforma para desplazarse, y esperan lanzar una primer flota de tres drones.

«Esta investigación destaca lo poco que entendimos sobre la heterogeneidad de los bosques», dijo el profesor de Harvard Scot Martin. «Pero las tecnologías asistidas por ordenador pueden ayudarnos a entender y cuantificar las emisiones de COV en diferentes ecosistemas cercanos para representarlas mejor en las simulaciones de modelos de calidad del aire y el clima».

Los avances en la tecnología de los aviones no tripulados podrían hacer que las investigaciones como esta sea más comunes. Boeing ya está trabajando en un dron que funciona con energía solar y que recopilará datos climáticos e investigación atmosférica.

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